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el debate · las evocaciones requeridas · intervienen · capital 21 tv · la vuelta a la caverna |
las evocaciones requeridas es el nombre con el que José Revueltas encontró salida al problema de ofrecer, con la mayor objetividad crítica posible, aquél material biográfico que comúnmente es presentado como Memorias, Autobiografía o Confesiones.
Crítico del subjetivismo, del individualismo, del esnobismo y de los profesionales literarios de la desesperación, Revueltas buscaba la vía más corta y diáfana para contar aquello que exclusivamente fuese requerido saber para poderse situar ante los demás y ante la historia en el plano fundamental que, como todo materialista sabe, determina como instancia decisiva aquél proceso mediante el que un individuo deviene persona y ciudadano: el plano de la política.
«Abandonarse a la incitación –más o menos espontánea– (nos viene a decir Revueltas en sus evocaciones requeridas) de determinados recuerdos en estado salvaje, de ciertas «vivencias», intransferibles cuando se encuentran intocadas, en lugar de iluminarlas con la recreación y la autocrítica imaginativas, sólo nos conduce a la gratuidad nihilista o a la flagelación. ¿Y por qué una cosa o la otra, o ambas a la vez?
No veo el sentido de que alguien nos ponga a elegir entre consternar, perturbar con el caso de nosotros mismos, en el pequeño juego medio sucio de emboscarnos en el enfant terrible, o caer de rodillas a media calle como Raskolnikov y gritar que somos asesinos. Ir a lo más humano de nuestro propio ser, y claro, dentro de su contradicción interna, también a lo no humano o antihumano que nuestro ser lleva implícito, excluye por igual a los dos extremos anteriores: ni el esnobismo desenfadado, ni la flagelante humillación cristiana. Nos está permitido decirlo todo, menos faltar a la verdad con verdades incompletas o con verdades enajenadas al martirio.»
En este tenor, plazadearmas.tv define esta sección de entrevista como un ejercicio de evocaciones requeridas; evocaciones de figuras fundamentales de nuestra vida pública, y requeridas por un público que, junto con aquél que en la evocación está comprometido, participan por igual, como no puede ser de otra manera, en el hilvanado de aquella malla fina e inevitable, que constituye, en su trabazón, la trama de la historia, y que no es otra, precisamente, que la política.